Esto es cuando las emociones afectan tu alimentación
Las emociones pueden afectar cuando comemos, lo que se come y la cantidad de comida que se come. Por ejemplo, es posible que haya escuchado que algunas personas comen para lidiar con el estrés. Otros comen para mantenerse ocupados cuando se sienten aburridos.
Cuando comes porque eres emocional, puede obstaculizar tus esfuerzos para perder peso. A menudo, las situaciones que desencadenan emociones negativas te hacen comer aunque no tengas hambre. Averigüe si está realmente hambriento físicamente o solo afectado por las emociones, de las siguientes maneras:
- Considere las siguientes palabras: Miedo, sentirse solo, enojado, ansioso, triste, molesto, aburrido, harto, deprimido, decepcionado, sentirse gordo, frustrado, sentirse culpable, feliz, resentido, hambriento, inseguro, solo, celoso, estresado dormido no estoy seguro.
- Marca cada emoción que desencadena tu deseo de comer..
- Añade cualquier emoción o situación que te provoque comer otros alimentos..
Si acaba de comer y tiene ganas de volver a comer, haga una revisión emocional rápidamente. ¿Quieres comer porque tienes hambre o para satisfacer tus necesidades emocionales? Aquí hay algunos consejos para mantener su comida:
- Recuerda que las emociones y las situaciones te hacen comer..
- Escriba una lista de cosas que hacer para satisfacer sus necesidades emocionales, por ejemplo, llamar a amigos, caminar, tomar agua u otras bebidas sin calorías, conversar con amigos o hacer estiramientos de yoga..
- Recuerda que la comida no te dejará emocionado (no arreglará nada).
- Si experimenta dificultades, busque ayuda. Involucre a familiares y amigos para ayudar a apoyar sus esfuerzos para perder peso. Su apoyo, la comunidad de terapia y los miembros de su equipo de atención médica también pueden ayudar.